En un esfuerzo por destacar la problemática de falta de contratación de personal de salud, sindicatos llevaron a cabo una protesta frente a la ONU en Ginebra. Más de 100 líderes de salud participantes del Congreso Mundial de la ISP  “colgaron sus uniformes” en señal de protesta, colocando filas de batas vacías frente a la sede de las Naciones Unidas que simbolizaban la escasez de personal médico en todo el mundo y la necesidad de una rápida contratación y mejora de las condiciones.
“Se ha manifestado la preocupación de que se anteponga el argumento económico a la salud laboral y mental de los trabajadores, resultando en despidos en lugar de contrataciones adicionales”, señaló Gabriela Flores, presidenta nacional de Confusam y de Fefusam 8° Bío Bío.
Un déficit desalentador

Uno de cada tres trabajadores de primera línea del sector sanitario y asistencial de todo el mundo ha visto morir a pacientes a su cargo por falta de personal adecuado, según una encuesta realizada por la Internacional de Servicios Públicos (ISP) entre más de 2.000 trabajadores.

La ISP dio a conocer los resultados antes de su Congreso Mundial celebrado en Ginebra. Más de la mitad de quienes respondieron a la encuesta de la ISP afirmaron que piensan regularmente en renunciar, lo que suscita preocupación sobre cómo mantener y mejorar los servicios sanitarios. Tres cuartas partes de los encuestados (procedentes de 50 países) afirmaron sentirse cada vez más presionados para realizar más tareas con menos recursos. Cuatro de cada cinco trabajan por encima de su capacidad, y casi una cuarta parte trabaja el doble de la carga de trabajo prevista.

La OMS calcula que el mundo se enfrenta actualmente a un desalentador déficit de 15 millones de trabajadores sanitarios. Los profesionales se marchan en masa de los países en desarrolloÁfrica, en particular, se enfrenta a una grave escasez, con sólo 1,55 trabajadores sanitarios por cada 1.000 habitantes, una cifra claramente inferior al mínimo recomendado por la OMS de 4,55. Estas cifras ponen de manifiesto el peligro de las actuales estrategias en materia de personal sanitario, como en los países de la OCDE, donde el número de trabajadores sanitarios migrantes ha aumentado un 60%.